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Aprendizaje, brecha digital, cultura digital, envejecimiento activo, estimulación cognitiva, mayores, vida saludable
Learning, active aging, cognitive stimulation, digital divide, digital literacy, elderly people, healthy living
El envejecimiento de la población en la Unión Europea es un hecho constatado, cada día hay más personas mayores. De acuerdo al informe «Las personas mayores en España 2006» (Instituto de Migraciones y Servicios Sociales), el número de personas de 65 y más años era aproximadamente de 7,3 millones, lo que representa el 16,6 % de la población. Las previsiones de las Naciones Unidas estiman que, en el año 2050, España será el más viejo del mundo con más de 16 millones de personas mayores, es decir, más de un 30% del total. En 2009, la esperanza de vida de las mujeres españolas era de 84,1 años y la esperanza de vida de los hombres alcanzaba los 77,8 años. Estos datos sitúan a España entre los países más envejecidos del mundo.
Como argumenta Montero (2005: 36) si históricamente el siglo XIX se caracterizó por un «derroche de vida» (alta natalidad y alta mortalidad), el siglo XX ha supuesto el periodo de finalización de la transición demográfica, la revolución de la longevidad y el envejecimiento. Con la mirada puesta en el siglo XXI, podemos decir que éste se convertirá en el reto de hacer compatible la longevidad con la autonomía personal y la participación social.
Este fenómeno del envejecimiento de la población no ha pasado desapercibido en la sociedad española y en los últimos años se han llevado a cabo diferentes pactos sociales a nivel estatal y autonómico, a través de planes (Plan Gerontológico Nacional, 1992-97; Consejo Estatal de Personas Mayores, 1995; Plan de Acción para Mayores, 2000-05; 2003-07), proyectos y programas (Programas universitarios para mayores), para la protección social, el asociacionismo y la participación de las personas mayores en la sociedad.
La exploración y el estudio del proceso de envejecimiento de una manera exhaustiva, (desde la biología, la medicina, la psicología y la educación) permiten entender y promulgar la vejez como una etapa más de la vida, con sus posibilidades y con sus limitaciones, como cualquier otra. En el proceso de envejecimiento cuentan mucho las actitudes, pero también las acciones que desde la sociedad se promueven para un envejecimiento activo. La Organización Mundial de la Salud (2002) define el envejecimiento activo como el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. El envejecimiento activo incluye no sólo los aspectos de salud física y mental sino también la participación en la sociedad y su integración social, estableciendo claramente los derechos de las personas mayores como ciudadanos. Envejecer no se circunscribe a un momento concreto de la vida, sino que el envejecimiento es parte de la secuencia del desarrollo humano, por ello, plantear la vejez como un proceso abre caminos de actuación y derriba barreras de prejuicios. El entorno donde crecen, viven, se socializan y se relacionan las personas se presenta como un elemento clave durante toda la vida. Un entorno rico en estímulos, en posibilidades proporciona un estilo de vida saludable y en la vejez es fuente de satisfacción y de calidad de vida. Por ello, se hace necesario traducirlo en nuevos modelos y estrategias de acción para favorecer que la vejez se entienda como una etapa más de la vida de las personas, de crecimiento y enriquecimiento personal, donde aprender de la mano de las TIC sea un aspecto para el que la sociedad ha de estar preparada. Ya en el año 1986, la Comisión Europea en su Informe FAST advierte del peligro que tiene la mera innovación tecnológica sin una innovación social de forma paralela. La división social, tanto entre los diversos países como dentro de cada uno de ellos, es un ejemplo claro de las consecuencias.
La brecha digital –digital divide– es el término que se utiliza para expresar esta idea. Cuantifica la diferencia existente entre países, sectores y personas tanto que tienen, como que no tienen acceso a los instrumentos y herramientas de la información y la capacidad de utilizarlos. Como se puede observar, es un término amplio, con diferencias según el contexto que se analice (económico, social, tecnológico, etc.), pero con una misma intención: explicar por qué unos países, personas o colectivos tienen acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y otros no. Este carácter multidimensional que define la brecha digital pone de manifiesto que se trata de un fenómeno que no es fácil ni rápido de solucionar. Aunque, no cabe la menor duda de que es necesario aminorar diferencias, favoreciendo, así, una sociedad para todos. Las TIC ofrecen oportunidades formidables para todos los integrantes de la sociedad pero es necesario conocer las necesidades e intereses de todos los ciudadanos (independiente de la edad) para acercarlas a ellos.
Afirman Juncos, Pereiro y Facal (2006: 184-185) que la utilización de las tecnologías de la comunicación con personas mayores nos abre grandes posibilidades de intervención (Charness, Parksm & Sabel, 2001). Tanto en el envejecimiento normal como en el excepcional, las TIC nos permiten diseñar programas de entrenamiento cognitivo relacionando lenguaje, atención, memoria y razonamiento, y programas específicos de logopedia. Las TIC permiten interactividad y retroalimentación, dan seguridad a los usuarios por su gran consistencia, tienen grandes posibilidades de expansión por su gran versatilidad, y permiten utilizar gran variedad de estímulos visuales y auditivos. Esto favorece la conexión y el acercamiento de las personas mayores a los nuevos temas y fenómenos que, en la sociedad van surgiendo (inclusión social). El acceso a la innovación y a las nuevas tecnologías es esencial para evitar el distanciamiento generacional y que las personas mayores no se sientan desbancadas en el mundo actual.
Envejecer no significa perder la capacidad de adaptarse al cambio ni querer vivir en el pasado. Juncos, Pereiro y Facal (2006: 185) afirman que en el envejecimiento normal el acceso a los ordenadores y a Internet puede contribuir a desarrollar nuevos lazos sociales, nuevas ventanas al mundo y nuevas herramientas de comunicación y actividades de estimulación cognitiva; también puede permitir el acceso a la cultura y a la educación permanente y la implicación en actividades de cooperación social. Y para ello es necesario ofrecer la posibilidad de formarse en las competencias específicas que requieren las TIC, favoreciendo un uso adecuado de las mismas. Cómo se lleve a cabo esa formación, es crucial para la incorporación a la cultura digital. En este sentido Huelves (2009: 56-77) hace mención a algunos elementos que deben tenerse en cuenta en el cómo desarrollar las competencias digitales en los mayores. Estos elementos son: memoria, especialmente en el momento de recuperación, de ahí que una metodología en espiral sea una buena estrategia a utilizar; psicomotricidad, teniendo en cuenta algunas pautas de ergonomía postural en relación con la máquina; y desarrollo del aprendizaje, demostrando paciencia y comprensión.
Son escasos los estudios llevados a cabo en España para conocer el uso que las personas mayores usuarias de las TIC hacen de las mismas, por eso los objetivos que se plantean en la investigación se centran en conocer y describir los tipos de usos que las personas mayores hacen de las TIC y los recursos tecnológicos más utilizados por ellos. Confirmándose la hipótesis: el acceso y uso de las TIC entre las personas mayores es positivo dado que favorece actividades relacionadas con la comunicación, la información, la formación y el ocio: actividades cotidianas que proporcionan nuevas oportunidades de relación con otras personas.
El diseño de la investigación responde a un estudio descriptivo cuyos objetivos y forma de llevarla a cabo (metodología) responde a la complementariedad paradigmática, dada la naturaleza del fenómeno objeto de estudio, aún por explorar, cambiante y dinámico. Los participantes en el estudio han sido 215 personas mayores de Asturias usuarios de las TIC que acuden regularmente a los Centros Sociales de Personas Mayores.
Teniendo en cuenta que se da una complementariedad metodológica, la investigación se apoya en dos instrumentos para la recogida de información: la encuesta orientada a la obtención de información relativa a cuestiones relacionadas con los recursos tecnológicos más utilizados por los mayores y el uso que se hace de los mismos. Y los grupos de discusión que complementan, contrastan y enriquecen los datos extraídos, con experiencias y ejemplos concretos en el uso de las TIC.
Para el análisis de datos cuantitativo se ha utilizado la herramienta de tratamiento de datos y análisis estadístico SPSS. En el análisis, se lleva a cabo fundamentalmente un estudio entre dos variables (bivariables), aplicando las pruebas de decisión estadística: prueba de Chi-cuadrado de Pearson, coeficiente de Fi, coeficiente correlación de Pearson, coeficiente Lambda de Goodman y mediante el análisis factorial de la varianza (ANOVA).
Los resultados obtenidos ponen de relieve que las personas mayores son un grupo social heterogéneo, por lo que los usos que hacen de las TIC están relacionados con sus necesidades e intereses particulares.
El ordenador es el recurso informático más utilizado (68,8%), seguido de Internet (50,7%), siendo habitual que utilicen estos recursos en algún espacio público (52,15%). Asimismo se puede destacar, que los mayores con un nivel de estudios más alto son los que suelen disponer de recursos informáticos para el uso particular (en el hogar). Profundizando en un análisis más minucioso sobre esta cuestión, los resultados de la prueba de ?2 ponen de relieve la existencia de una asociación significativa entre el nivel de estudios y la disponibilidad de los recursos informáticos para el uso particular.
El gráfico 1 muestra las diferencias entre las personas que usan de forma particular los equipos informáticos, según estudios cursados.
A medida que el nivel de estudios es superior, las personas mayores disponen de estos recursos en mayor porcentaje. Aunque no se presentan relaciones significativas con respecto al género, según indica la prueba Chi-cuadrado [?2(1)=2.165, p>.05] y Lambda de Goodman =0.000 lo verifica con un resultado igual a cero. Se presenta a continuación la Tabla de contingencias.
No se dan asociaciones significativas en relación a la edad [?2(4)=5.663, p>.05], el estado civil [?2(3)=6.646, p>.05], la forma de convivencia [?2(1) =1.599, p>.05] y el lugar de residencia [?2(2)= 1.165, p>.05].
A este respecto se hace necesario señalar que el recurso informático más común del que disponen las personas mayores para su uso particular es el ordenador (16,7%) y es significativo que el 9,8% disponga de otros recursos TIC: impresora, escáner, cámara fotográfica digital, cámara de vídeo digital, materiales multimedia e Internet. Esta variable (nivel de estudios) se presenta también como determinante en la disposición de otros recursos tecnológicos para el uso particular, como es el teléfono móvil. A medida que el nivel de estudios es superior la posesión de este recurso es mayor, las grandes diferencias se encuentran entre los mayores que no poseen estudios (68%) y los que tienen estudios, por ejemplo, estudios primarios: 93%; estudios secundarios: 96%.
Las cifras son muy claras respecto al uso que los mayores hacen de las TIC: el porcentaje de 66,1% es para la actividad de formación: cursos y talleres relacionados con las TIC (informática, Internet, fotografía digital, etc.), seguido de un 47% que corresponde a información, frente al 18,7% dedicado a la actividad de entretenimiento o comunicación con un 24,9%. En este punto, se constata que los usos no difieren en gran medida de los que hacen otros colectivos o grupos de edad. Aunque sí se dan particularidades que se describen a continuación.
En el momento actual, las personas mayores se acercan y hacen uso de las TIC con el fin de aprender sobre ellas (alfabetización digital) adquiriendo, así, las competencias básicas en su manejo y uso, que les llevará a aprender y disfrutar posteriormente con ellas. No se dan asociaciones significativas respecto a las variables personales y socio-demográficas, así, por ejemplo, los datos muestran que el género al que se pertenece es independiente, es decir, no influye en realizar de manera habitual cursos y talleres relacionados con las TIC para aprender sobre su uso. Tanto hombres como mujeres realizan esta actividad de manera habitual y mayoritariamente en la modalidad presencial, en un aula de informática, con la guía de un profesional. Aspecto este que valoramos positivo, en tanto en cuanto, no se dan estos resultados en otros ámbitos de edad tal y como afirman Gil-Juárez, Vitores, Feliu y Vall-lloven (2011: 25-53) y aunque se constata que en el acceso se han igualado hombre y mujer, se mantiene o incluso crecen las desigualdades en cuanto a los usos y conocimientos de diferentes tipos de TIC. La edad tampoco es una variable determinante siendo p>.05 y el valor del coeficiente de fi=.089. Tampoco se presentan como variables determinantes el estado civil, el nivel de estudios, la forma de convivencia y el lugar de residencia.
Cada día son más las personas mayores que demuestran que es posible aprender a cualquier edad y que sus ansias de seguir aprendiendo hacen posible que la educación no se encasille en etapas concretas de la vida. Aprender de la vida favorece la creatividad, aumenta la autoestima, ejercita la mente, etc. Es una de las pautas a tener en cuenta para favorecer un buen envejecimiento. Siguiendo a Belando (2000: 37) citado en Limón y Crespo (2001: 302-305) es necesario «buscar nuevas metas, nuevos motivos de satisfacción y orgullo, es un medio para conseguir ser feliz en esta etapa de la vida. Anclándose en el pasado, sólo se conseguirá frenar el desarrollo y acelerar la decrepitud». Plantearse el reto de aprender algo nuevo, en este caso el manejo de las TIC, es un reto, una nueva meta a alcanzar.
El simple aprendizaje en el manejo del teclado y el ratón requiere de un aprendizaje nuevo que no deja de ser atractivo. Además de su función estimuladora, precisa de coordinación, agilidad y automatismo natural al que se llega a través de cierto aprendizaje, así, por ejemplo para el manejo del ratón, es precisa una utilización de forma correcta y cómoda, un movimiento fluido, pero a la vez, pausado, un pulso adecuado para clicar el botón izquierdo o el derecho, determinado control para arrastrar, y para mover elementos. Para manejar el teclado es preciso usar las teclas concretas, localizar las letras, gestionar los cursores, obtener símbolos, en resumen, requiere desarrollar formas de presión diferentes y movimientos coordinados.
Al analizar los datos resulta apropiado afirmar que, mayoritariamente, las personas mayores asisten de manera presencial a cursos y talleres relacionados con las TIC y orientados para ellos bajo propuestas formativas planificadas por la Comunidad Autónoma o los Ayuntamientos.
Al plantear las cuestiones sobre cómo aprendió a utilizar las TIC, el 60% señala que a través de cursos y talleres de informática, y sobre el lugar, el 96,7% contesta que en los centros sociales de personas mayores. Hay que destacar que el 29,6% de las personas mayores afirman que utilizan Internet para formarse. Los resultados arrojados de la prueba ?2, indican que no existe una asociación significativa por edad [?2 (12)=10.977, p>.05], estado civil [?2(9)=7.760, p>.05], lugar de residencia [?2(6)=9.717, p>.05], forma de convivencia [?2(3)=6.113, p>.05], o por género y nivel de estudios, como se aprecia en el gráfico 2.
Se puede afirmar que las mujeres realizan esta actividad en Internet (formación) en menor medida que los hombres, existiendo el mayor contraste entre los mayores (hombres y mujeres) con estudios secundarios.
El acceso a la información es otro de los usos habituales que los mayores realizan de las TIC y no es de extrañar en una sociedad que viene a llamarse sociedad informacional (Castells, 1995). La información, se presenta en la actualidad, como un recurso esencial para la actividad humana, tanto en lo social como en lo personal, y las personas mayores como parte de la sociedad así lo perciben: la informática es una de las grandes revoluciones históricas. «No cabe lugar a ninguna duda… la informática creo que es una de las revoluciones más importantes de la vida humana. ¿Por qué? Porque unió al mundo. Esa es la verdadera globalización […]. Y a mí siempre me gustó estar en las revoluciones no violentas… y entonces me interesó muchísimo todo lo que me da. Sobre todo la información. Tengo información inmediata, fidedigna cuando la sé buscar y la utilizo, y la estoy utilizando todos los días. Entonces la ventaja es inmensa… expande los conocimientos, la consciencia y eso es lo que precisamos […]» (H).
Internet constituye una inmensa fuente de información de todo tipo: textos, fotografías, gráficos, música, vídeos, animaciones, programas informáticos, etc. almacenada en los PCs conectados a la Red y estructurada en diversos formatos, como por ejemplo: las páginas web, ficheros, listas de discusión, tablones de anuncios, etc. Al respecto, Miranda de Larra (2004: 21) señala que con carácter general, los mayores están interesados en los mismos temas que el resto de la población, pero también en otras informaciones que tienen especial relevancia para su particular situación de vida (información sobre pagos de las pensiones, asuntos sanitarios, etc.), por eso, demandan que este tipo de información sea cada vez más accesible a través de Internet. Las transacciones electrónicas benefician a todos pero, en especial, a aquellos que tienen restricciones causadas por una salud deficiente u otro tipo de discapacidad física. La compra on-line o la banca on-line son servicios especialmente útiles para las personas mayores con restricciones de movilidad u opciones limitadas de transporte.
«¿Utilizan habitualmente las personas mayores Internet?» No todas las personas mayores usuarias de las TIC hacen uso, de manera frecuente, de Internet. Un 40,1% no utiliza Internet habitualmente frente al 59,9% que sí lo hace. La edad, el género, la forma de convivencia y el lugar de residencia no se presentan como indicadores determinantes en la frecuencia de uso de las personas mayores.
En relación al nivel de estudios en la prueba ?2 se obtiene un p<.05, lo que da lugar a una asociación significativa desde un punto de vista estadístico entre frecuencia de uso de Internet y el nivel de estudios. En el gráfico 3 se reflejan de manera detallada los porcentajes:
Como se observa, son las personas mayores con estudios secundarios (56,5%) y universitarios (62,5%) los que presentan porcentajes más altos de uso de este recurso: Internet. Seguido de los mayores con formación profesional (51,8%), estudios primarios (37,7%) y sin estudios (28,5%).
Se presenta información relevante sobre la relación en el uso de Internet con el nivel de estudios y el género. Es interesante, en este caso, resaltar la diferencia significativa entre hombres y mujeres sin estudios. Las mujeres mayores sin estudios (aunque saben leer y escribir) son las que menos uso hacen de Internet. Esto ofrece pistas para el diseño de estrategias políticas y programas sociales dirigidos, en especial, a las mujeres mayores sin estudios siendo el objetivo principal el uso de Internet por parte de las mismas. Resulta necesario, en la sociedad actual, potenciar el papel de las mujeres en el acceso y uso de las TIC, como medida de empoderamiento, tal y como se señaló en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing (ONU, 1995). Se entiende como empoderamiento «la plena participación de las mujeres en condiciones de igualdad en todas las esferas de la sociedad, incluyendo la participación en los procesos de toma de decisiones y el acceso al poder» en la Conferencia de Beijing (ONU, 1995). En relación a las TIC, esto implica la mejora de habilidades, conocimiento, acceso y uso de éstas. Entre las mujeres con un nivel de estudios más altos se aprecia el uso y su aplicación en los quehaceres cotidianos.
«¿Para qué utilizan las personas mayores Internet?». El principal motivo por el que las personas mayores utilizan Internet es para la búsqueda de información e indican que lo hacen a menudo (35,5%) o mucho (27,9%). Los usos menos habituales son la banca electrónica (nada: 80,2%) y los trámites administrativos por Internet (nada: 82,6%). Siendo los mayores con estudios secundarios y estudios universitarios los que presentan los porcentajes más altos en el uso de Internet para la realización de trámites administrativos.
Especialmente, las personas mayores comentan que acceden a la información a través de Internet y que les interesa todo aquello relacionado con las noticias (leer periódicos on-line). «Yo, por ejemplo viví 9 años en Alemania […] aquí me bajo un periódico que yo compraba allá […] y me ‘lu’ miro casi a diario […] hay ventajas por todas partes, la verdad» (H). Acceder a la información reporta interesantes beneficios en los mayores (preservación de las capacidades cognitivas, incremento del sentimiento de integración en la sociedad, oportunidad de aprender, entre otros) y es fruto de una gran satisfacción. Según un reciente estudio (Small, Moody, Siddarth & Bookheimer, 2009) de la Universidad de California, las búsquedas por Internet estimulan y mejoran el funcionamiento cerebral. Esta actividad activa los principales centros del cerebro que controlan las decisiones y la capacidad de razonamiento complejo.
El valor de la comunicación tiene gran importancia en cualquier persona (independiente de la edad), es uno de los pilares fundamentales de la vida humana. Nos comunicamos con otras personas de manera habitual y utilizamos diferentes medios para ello. El 24,9% de las personas mayores usuarias de las TIC indican que las utilizan para comunicarse. A través de la prueba Chi-cuadrado se encuentran evidencias [?2(9)=18.066, p<.05] para afirmar que el estado civil influye en la utilización de Internet para comunicarse, destacando su uso entre las personas mayores solteras, en gran parte, las mujeres.
Los mayores que participan en los grupos de discusión afirman que Internet es un medio de comunicación que les resulta útil y que utilizan a menudo. Centrándose en los aspectos positivos, se relata que gracias a Internet pueden mantener una relación más estrecha con la familia. Una de las personas participantes matiza a este respecto: «Después que me sirve pa todo, pa comunicarme con la familia…incluso el otro día con una sobrina que recién tuvo una cría con la cámara web nos la enseñó…» (H).
El contacto con otras personas, especialmente familiares (hijos y nietos) es el uso que más se destaca. En este sentido, favorece las relaciones intergeneracionales tan importantes para la salud y el bienestar. «Yo recuerdo que el primer correo que envié lo mandé ‘al mi fiu’… yo al ver que me contestaba a los pocos minutos fue lo que empezó a mí a picar la cosa de tal… yo hoy me encuentro ‘contentu’ de haber ‘iniciao’ esto, yo hoy tengo en casa ordenador, tengo conexión a Internet… yo cuando él está afuera mantenemos un contacto muy estrecho, incluso a través de una cámara webcam nos vemos, hablamos… yo hoy si no hubiera ‘iniciao’ esto, no sé, me aburriría por ahí como una ostra, y sin embargo hay veces que me falta hasta tiempo» (H).
Esta interacción bidireccional en la que ambas partes se implican en la relación de comunicación tiene efectos positivos para los mayores (incremento de la autoestima y la motivación, desarrollo de habilidades, en particular de habilidades sociales, huida del aislamiento, etc.) y es motivo de satisfacción.
Las personas mayores que participan en la investigación también utilizan las TIC para entretenerse (18,7%), esto favorece en los mayores conocer alternativas de ocio, pasarlo bien y autorrealizarse.
Los resultados del análisis Chi-cuadrado (?2) indican que tanto la edad, como el género, el estado civil, el nivel de estudios, la forma de convivencia y el lugar de residencia no son variables determinantes en el uso de las TIC como fuente de entretenimiento. Este ámbito aún es un campo sin explorar y con muchas posibilidades de ocio educativo y constructivo para los mayores, al igual que lo es para otros grupos de edad. Algunos mayores señalan respecto al uso de las TIC: «Pa mí más bien ‘ye’ un poco de entretenimiento» (H). «Hay cosas que no necesito […] ¿Pa qué quería yo esto? [...] Ahora pa mi el ordenador ye un hobby…» (H).
Dadas las posibilidades que ofrecen las TIC es difícil no encontrar un momento de disfrute con ellas. A continuación se describen diferentes modos de utilizarlas como fuente de entretenimiento: «Aquí por ejemplo, yo creo que lo que más usamos aparte de mirar ‘noticies’[…] son hacer presentaciones de Powerpoint, sobre todo en Navidad, mandamos correos con presentaciones, ‘unes’ que nos ‘les’ manden y otros que ‘facemos’ nosotros[…] luego hacer cosas con fotografía, el que ‘tien’ nietos sobre todo son los que más se meten en eso, por ejemplo ‘ye’ una cosa de les que más me gusta, y en lo que más ‘tiempu’ paso» (H). «Yo hago muchas fotografías […] hago luego un video […] es una cosa que me gusta mucho» (H). «Photoshop también es una cosa muy bonita, muy entretenida y muy guapa al mismo tiempo porque se puede hacer muchos trucos con una fotografía que es maravilloso» (H). «Yo tengo un grupo en Hispanoamérica y tengo un contacto continuo […] sabes cómo piensan en otros sitios […] yo, para mí es una satisfacción interna muy grande» (H).
Con la exposición de estas ideas se pretende presentar el gran abanico de posibilidades que abren las TIC y el cambio sustancial en los hábitos de ocio de los mayores. Como vemos, no se trata de ocupar el tiempo libre sin más, de «pasar el rato», sino que se busca ampliar las posibilidades de aprendizaje, de satisfacción y de enriquecimiento personal. «Yo por ejemplo soy una persona que no me gusta el bar, ‘hay-los’ que les ‘presta’ pasar ahí horas y horas y eso ‘pa’ mí no va» (H). «Siempre es más enriquecedor lo que sea con el ordenador que lo que sea con las cartas» (H). « […] es mucho más sano, más compensativo, más enriquecedor […]» (H).
Sin duda, el ocio es un factor de calidad de vida y bienestar, siempre que satisfaga las necesidades de las personas, y los mayores atribuyen a las TIC beneficios o propiedades que favorecen que sea un ocio autotélico (Cuenca, 2004: 34-35). El ocio autotélico es una importante experiencia vital, un ámbito de desarrollo humano que parte de una actitud positiva que induce a la acción y descansa en tres pilares esenciales: percepción de elección libre, fin en sí mismo y sensación gratificante.
En uno de los grupos de discusión, una de las personas mayores se plantea esta etapa de la vida (tras la jubilación) como una oportunidad para recuperar el tiempo, para acometer proyectos que no pudieron ser realizados durante otras etapas e intentar realizar el proyecto vital aplazado. «Yo es que siempre tuve toda la vida mucha inquietud de saber. Porque toda la vida envidié al que sabía […] fuimos cuatro hermanos y yo fui la única que tuvo inquietud de estudio […] pero no podía […] ahora estoy encantada aprendiendo».
Estas citas expuestas constituyen un referencial importante para los profesionales que trabajan con el colectivo de mayores a la hora de diseñar los programas. Las nuevas generaciones de mayores son personas independientes, llenas de vitalidad, con incontables posibilidades que presentan un perfil de necesidades e intereses diferente al que estamos acostumbrados. Buscan en el ocio algo más que una experiencia humana, además quieren que sea valiosa, gratificante y llena de significado. Csikszentmihalyi (2001, cit. Cuenca, 2004: 53) afirma que sólo es posible que una persona desarrolle su potencial humano único si aumenta su complejidad psicológica; algo que, según el autor, es el resultado de dos componentes: la integración y la participación armónica con el medio social y cultural. Las TIC se presentan como una actividad, que a día de hoy, posibilita un ocio con múltiples posibilidades para la creatividad y la iniciativa de las personas mayores.
Como se ha señalado, utilizando las TIC los mayores realizan álbumes de fotos para sus hijos, postales digitales de Navidad para los amigos, vídeos que recogen momentos especiales, etc. Sin duda estas actividades implican a los mayores en su propio proyecto de vida, los llenan de confianza, de satisfacción, de vida. Los efectos de aprender a utilizar las TIC son, sin lugar a duda, muy positivos para los mayores, los cuales las perciben como herramientas que suman, que ofrecen posibilidades que son indispensables para sentirse integrados en la sociedad actual. A este respecto, algunos de los comentarios u opiniones de los mayores son: «Es una actividad muy buena y ayuda bastante a las personas mayores… estoy satisfecha que a mi edad pueda usar la informática, me gusta mucho, me gusta mucho porque estamos con amigas y nos lo pasamos bien».
Los espacios abiertos a la alfabetización digital de las personas mayores se encuentran presentes en nuestra sociedad y los mayores –pocos aún– se acercan a las TIC con la principal intención de aprender sobre ellas –alfabetización digital– y adquirir las competencias básicas necesarias para su manejo y posterior uso relacionado con sus necesidades particulares, que les llevarán a aprender y disfrutar con ellas. En esta investigación se pone de manifiesto que las personas mayores utilizan las TIC para formarse, que estas generaciones de mayores tienen necesidad y anhelo de aprender y ven este momento de su vida, el adecuado para hacerlo acercándose a las TIC. La finalidad de entretenimiento con las TIC, como ocurre en otras franjas de edad, se ve desplazada por la de acceso a todo tipo de información que les pueda aportar conocimiento, salvo en determinados contextos como son las zonas rurales que, probablemente, debido a la falta de otro tipo de iniciativas de ocio, sí hacen más uso de ellas con esa finalidad.
La preferencia por cursos presenciales con metodologías adecuadas y formadores sensibles a sus necesidades son los preferidos por los usuarios mayores de las TIC, sean hombres o mujeres.
Otro elemento importante a considerar es que su vinculación con Internet no es tan importante, aún no han descubierto todas sus posibilidades a nivel de comunicación e información, o simplemente una vez conocidas, no es objeto de su interés. Es significativo comprobar que las personas que la utilizan lo hacen para comunicarse, especialmente los mayores solteros que ven en el uso de esta vía de comunicación una herramienta que les facilita la relación con los demás, sean familiares o amigos y romper así su soledad. Es también comprensible que sean las personas mayores con estudios secundarios y universitarios quienes presentan porcentajes más altos de uso de este recurso y sin embargo son las mujeres mayores sin estudios las que menos uso hacen de él. De nuevo, es un aspecto a considerar sobre posibles programas sociales, donde el colectivo diana, sean precisamente las mujeres mayores sin estudios y el objetivo que se pretenda, éste orientado al acercamiento y uso de Internet.
Otro aspecto significativo de la investigación es que más de la mitad de los usuarios de las TIC lo hacen desde espacios públicos, normalmente el propio centro social de personas mayores ya que no poseen en sus casas esos recursos para uso personal lo cual puede indicar que si dispusieran de ellos, el uso sería mayor del que hacen actualmente. En este sentido, se podrían plantear pequeñas ayudas económicas a mayores de 65 años para la adquisición de equipos informáticos y acceso a Internet al igual que se ha hecho con los jóvenes. Estas pautas deberían tenerse en cuenta para diseñar programas formativos acordes con las necesidades de los diversos grupos y por otra parte, las competencias ya adquiridas por los usuarios han de dirigir las metodologías a utilizar de manera que se favorezca y promocione el uso de las herramientas digitales del siglo XXI desde todas las edades.
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