Cuando nos llega un informe editorial donde uno de los editores de la revista, el responsable para ese manuscrito, nos encontramos en una fase en la que se informa de la decisión (con base en los informes de los revisores) que hasta el momento se le ha asignado a nuestro manuscrito. En primer lugar, tendremos que distinguir si nuestro artículo está aceptado con solicitud de cambios menores (o mayores) o si, por el contrario, ha sido desestimado. En este último caso, recomendamos no contestar, pero si tener en cuenta todas las indicaciones que consideremos puedan enriquecer nuestro trabajo y para mejorarlo antes de enviarlo a una nueva revista.

El informe le llegará al responsable de correspondencia, a través del cual se centraliza todo el flujo de comunicaciones con autores. Obviamente, la respuesta es una labor que deben realizar todos los coautores responsabilizándose cada uno de la parte de su aportación/contribución en el manuscrito, pues la versión final antes del envío debe ser revisada por todos los implicados. Este informe editorial de síntesis, hay que tomárselo como una indicación de que nuestro manuscrito va por el buen camino. Es muy importante darle una correcta respuesta, pues va en ello la publicación de nuestro trabajo. Es necesario realizar un estudio pormenorizado del informe entre todos los coautores. El responsable de correspondencia deberá enviar las indicaciones editoriales a todos y, de manera colaborativa, analizar lo que les proponen los revisores y el editor que pueden añadir matizaciones al respecto.

Del informe hay que contestar a todo los que se nos requiere, lo que no quiere decir que tengamos que aceptar todas las peticiones que se nos solicitan. Solo hay que aceptar lo que se considere pertinente y, en caso de no aceptar peticiones, fundamentarlas de forma razonada en un relatorio de cambios por qué no se acometen dichos cambios. De hecho, cuando los cambios que nos solicitan no suponen una alteración de la investigación y son relativamente fáciles de hacer, es preferible aplicarlos. Cuesta menos trabajo cambiar que entrar en una discusión que, a la postre, será estéril y puede suponer una predisposición, por parte de los revisores, al rechazo del artículo.

Con respecto a la respuesta, indicar que hay que ser muy organizados y realizar, por ejemplo, una tabla con dos columnas poniendo en las celdas de la primera todas las indicaciones o peticiones de cambio de los revisores, o del editor, y en las celdas de la segunda columna la respuesta que les damos. Algunas revistas indican que se marque en amarillo o que se utilice el control de cambios para las segundas o terceras versiones. Otras nos pueden solicitar que se suba a la plataforma de gestión de artículos una nueva versión actualizada. Si esto no es así, hay que identificar claramente el párrafo y renglón donde se ha realizado el cambio de forma que en la segunda ronda de revisión los evaluadores puedan comprobar la modificación facilitando su labor.

En la redacción final, de la respuesta al informe de síntesis que nos ha enviado el editor, hay que tener mucho cuidado con el lenguaje que se utilice y ser en todo momento respetuosos. Debe dirigirse al editor, que es quien nos habrá enviado el correo con las propuestas de cambio, y comenzar el correo agradeciendo tanto su labor como la de los revisores con frases del tipo “los cambios propuestos por los revisores nos han permitido mejorar significativamente nuestro manuscrito…”.

Algunas revistas, como es el caso de Comunicar, especifican claramente a los revisores, en su Código ético, la forma en la que se deben dirigir a los autores “La revisión por pares se realizará de manera objetiva. No se considera adecuado ningún juicio personal sobre los autores de las contribuciones. Los revisores están obligados a dar razones suficientes para sus valoraciones…”. Pero si esto no es así, si en las revisiones veis aspectos respecto a juicios personales contra vosotros como autores, no “entrar al trapo” en la discusión, pues lo correcto es contactar con el editor responsable y exponer los comentarios. Lo que se debe producir y primar es el debate científico. Es conveniente también conocer y emplear la plantilla de revisión (si la revista la publica) que utilizan los revisores pues nos puede dar pistas a la hora de contestar.

Por último, comentar que no es una buena idea, si el informe es muy negativo, contestar inmediatamente, en caliente, sino que es conveniente, puesto que nos darán un plazo para nuestra contestación, dejar pasar unos días de “reposo” y después iniciar el proceso de corrección y respuesta.

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