Fundamentar la investigación en una base teórica sólida ha de ser un aspecto prioritario para todo investigador. Tal y como destacábamos en la entrada del blog “Una clave de calidad científica: La lista de referencias” (https://bit.ly/3OCMvUa), consultar fuentes actuales y en publicaciones de gran impacto contribuirá a que el estudio que se vaya a realizar esté fundamentado en un marco teórico constable y actualizado, cuya contribución sea coherente y consistente con respecto a los estudios previos en la temática.

Citar y referenciar correctamente las obras de otros autores es de vital importancia:

En primer lugar, para reconocer su trabajo y fundamentar nuestras contribuciones en investigaciones anteriores, evitando el plagio y autoplagio, prácticas que por sí mismas suponen un motivo de rechazo por parte de las revistas y que cuestionan la ética del investigador. En este sentido, se recomienda encarecidamente controlar las tasas de plagio, así como el número de referencias de un mismo autor, de una misma publicación o de investigaciones propias que se incluyen en el artículo.

Asimismo, las revistas comprobarán que el estilo de las citas y referencias del manuscrito se adapten a su publicación. Por lo tanto, es necesario revisar con cuál trabaja la revista y adecuar el manuscrito antes del envío para que estos aspectos formales no supongan una causa de desestimación. Para ello, el autor debe tener en cuenta que existen diferentes estilos de referencias (APA, Harvard, Vancouver, Chicago, entre otros) y deberá leer rigurosamente la normativa de la revista seleccionada para atender a todas las especificaciones sobre esta cuestión.

Además, valorando que cada estilo tiene sus propios requerimientos y particularidades, puede ser útil y aconsejable para los autores consultar las guías y manuales de las bibliotecas de sus instituciones (p. ej: https://bit.ly/3uiuWAt) y de las propias publicaciones (p. ej: https://bit.ly/3y5lphr), así como los sitios web oficiales para encontrar información más detallada sobre cómo citar y referenciar adecuadamente.

Por último, como recomendación general es también conveniente realizar una serie de comprobaciones en las citas y referencias previas al envío del artículo:

  • Comprobar que todas las citas incluidas a lo largo del texto aparecen en la lista de referencias y viceversa, es decir, que todas las referencias han sido citadas en el texto.
  • Chequear que los apellidos de los autores y los años de las citas coinciden exactamente con los que aparecen en las referencias.
  • Precisar hasta cuántos apellidos de los autores se han de incluir tanto en citas como en referencias y valorar si hay que emplear alguna expresión como “et al.” en alguno de los casos.
  • Comprobar también con qué signos de puntuación se separan los apellidos de los autores y/o qué nexos se emplean para unirlos (“y”, “and”, “&”…)
  • Revisar el orden de la lista de referencias en función del estilo que se esté empleando, ya sea por orden alfabético, de aparición…
  • Atender minuciosamente e incluir toda la información requerida en la lista de referencias en función del tipo de publicación que se esté referenciando: año, número, volumen, número de páginas, editorial, doi o enlaces a la fuente consultada, así como escribir correctamente el nombre y apellidos de los autores y emplear el uso de cursiva y paréntesis cuando sea necesario.

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