Un aspecto central en toda investigación que va a determinar en gran medida la calidad de los resultados es la elección del método y los instrumentos seleccionados para llevar a cabo la recogida de los datos. Partiendo de los objetivos de la investigación y las hipótesis planteadas (si las hubiera) el investigador determinará el tipo de investigación (documental, experimental, de campo…), el enfoque (cuantitativo, cualitativo o mixto) y el alcance de la investigación (exploratoria, descriptiva, correlacional…) y en función de estos sus métodos, técnicas e instrumentos  que establecerán la dirección que seguirá el estudio, cómo se recogerán los datos y la profundidad de los mismos.

No obstante, la elección del método no siempre depende de la voluntad del investigador, sino que en muchas ocasiones está restringida por sus posibilidades y limitaciones como se pone de manifiesto en esta entrada anterior.

La recogida de datos, por su parte, depende no solo del método o técnicas seleccionadas sino de las fuentes de las que se obtendrán los datos y los instrumentos elegidos o diseñados para tal fin. Estos últimos deben reunir tres requisitos esenciales: cofiabilidad, validez y objetividad.

  • La confiabilidad se refiere al grado en que un instrumento produce resultados consistentes y coherentes.
  • La validez, de manera general, se refiere al grado en que un instrumento mide realmente la variable que pretende medir.
  • La objetividad es el grado en que el instrumento es o no permeable a la influencia de los sesgos de los investigadores que los administran, califican e interpretan.

Tanto la confiabilidad o fiabilidad como la validez se determinan mediante diversas técnicas y estadísticos concretos. Si alguno de los tres requisitos fallara el instrumento no sería útil para llevar a cabo el estudio. Por tanto, es importante a la hora de seleccionar el/los instrumento/s para la recolección de datos seguir un procedimiento sistemático y no dejarlo a la improvisación, se debe conocer muy bien la variable que se pretende medir, así como la teoría y práctica que la sustentan, para no generar instrumentos poco válidos o confiables.

Recuerda que todos estos aspectos deben incorporarse detalladamente en la sección de “Material y método” de nuestro artículo justificando la elección del método y los instrumentos y demostrando que nuestra herramienta cumple con los requisitos que se le suponen, dado que debemos mostrar que la investigación está realizada con rigor científico y que, por tanto, los resultados a los que hemos llegado son válidos.

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