En la escritura científica los autores han de citar fuentes. Bases teóricas que, mediante construcciones directas y/o parafraseadas, recogen las ideas de investigaciones previas que permiten al autor demostrar su comprensión del área de estudio, respaldar argumentos con resultados preexistentes, acreditar el trabajo de otros investigadores y prevenir acusaciones de plagio. Estas citas quedan delimitadas en un listado referencias a la finalización del escrito, que permiten a la comunidad de lectores acceder a la obra. Como hemos leído anteriormente, contamos con modelos estandarizados como APA 7ª Ed., al tiempo que actualizaciones constantes en el tiempo que se adaptan a las exigencias de los múltiples formatos y documentos a consultar.

En las publicaciones científicas, podemos encontrar numerosos estilos: APA, Harvard, Chicago, Vancouver, Oxford, IEEE… De hecho, más de una vez hemos reconocido uno de estos modelos, pero nos encontramos con una publicación que indica su uso al tiempo que modifica diversos aspectos del mismo. ¿Por qué su APA, Harvard, Chicago… no es igual que el recogido en las guías oficiales? Si todavía no has observado esta variación, es importante que siempre, antes de revisar y adaptar tu estilo de referencias a una publicación científica de destino para tu manuscrito, te preguntes:

  • ¿Qué estilo de referencias aplica tanto en el texto como en el listado final?
  • ¿El estilo se corresponde con el de la guía oficial?
  • ¿Qué diferencias observas entre el formato oficial y el de la revista?

Una vez hayas respondido estas cuestiones principales, podrás proceder a la examinación y formateo de referencias. Pero, ¿cómo? 

  1. Lee con rigurosidad el estilo de referencias de la revista en cuestión (nunca recurras exclusivamente a las guías oficiales de dicho estilo). ¿Es APA 6/7ª Ed., Chicago, Vancouver..?
  2. A continuación (y muchas de las revistas lo aconsejan en sus propias guías para autores), descarga algunas de sus últimas publicaciones (preferiblemente de los últimos meses), para revisar si el formato de la guía se corresponde con el publicado.

De este modo, podrás encontrar variaciones que hacen “único” el estilo de referencias de una publicación científica. La correcta adaptación de las citas y referencias a la revista darán cuenta a los Editores que has leído su normativa y que, por consiguiente, deseas que tengan en consideración su revisión.

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