A nadie le gusta que le desestimen/rechacen un artículo, pero, aunque te disguste, te terminas acostumbrando ya que esta posibilidad está dentro de la normalidad de la mayoría de investigadores que queremos publicar en revistas científicas indexadas. Nunca te llegas a acostumbrar a este tipo de malas noticias, pero hay que recordar ante todo que lo que se valora es tu trabajo, no tu persona ni tu valía como investigador. No hay que tomárselo como algo personal está dentro del “sueldo” del investigador y no hay que desanimarse, pero, sobre todo, el manuscrito nunca se puede quedar en el “cajón” sine die, nos tiene que “quemar” e intentar publicarlo lo antes posible, si se deja pasar el tiempo pierde actualidad el tema, la revisión realizada, la muestra utilizada, etc.

Generalmente es raro que te publiquen un trabajo a la primera y veamos “Aceptar” en la decisión editorial, es normal que tengas algunas desestimaciones o rechazos, después un “Aceptar con cambios” y al final tu trabajo sea aceptado y se te envíe la prueba de imprenta para su posterior publicación. Si la investigación está bien realizada y el manuscrito es bueno al final siempre se publicará y algunas veces, en el tercer o cuarto intento, en una revista mejor indexada y con un factor de impacto mayor que la primera a la que lo sometimos. Hay que tener presente que algunos de los manuscritos que posteriormente han tenido más citas fueron rechazados en primera instancia por los revisores y los equipos editoriales de esas revistas (que entiendo se “tirarían de los pelos” cuando vieran las citas recibidas por esos artículos y lo bien que les hubiera venido para subir el factor de impacto de sus revistas), conviene destacar también que algunos de estos autores a los que se rechazaron sus trabajos, tiempo después, obtuvieron el Premio Nobel en sus respectivas áreas.

Tenemos que distinguir y actuar de manera diferenciada en función de cuál sea la causa de desestimación/rechazo y si nos envían o no las propuestas de modificación de los revisores. Si la desestimación es genérica del tipo “no interesa a la revista” “no está en el focus de la revista” “desestimado por cuestiones metodológicas”, etc. debe permanecer en nuestro escritorio, para volver a enviarlo, el tiempo justo para decidir a qué revista mandarlo y adaptarlo a la normativa para autores de esta (siempre es conveniente tener realizado con nuestro orden de prioridad, en base a lo que indicábamos en otra entrada https://bit.ly/3fGS0Az el listado de revistas que podrían publicar la temática de nuestra investigación). Si la desestimación o rechazo viene fundamentada y, sobretodo, si se acompaña de las fichas de revisión y de la valoración realizada por los revisores, debemos aprovechar todas las indicaciones o propuestas que, en nuestra opinión, puedan enriquecer nuestro manuscrito. Se trata de la opinión de dos o tres, o más en algunas revistas, expertos en nuestra temática cuyas propuestas tenemos que tomar en positivo. Nuestro consejo es leer y revisar con tranquilidad todos los comentarios y sugerencias de los revisores, aunque no siempre hay que aceptar las modificaciones propuestas, seguro que algunas de ellas tienen su parte de razón y nos pueden hacer comprender el rechazo.

La “presión” de publicar nuestros trabajos en revistas indexadas que existe actualmente, debida a varias causas (promocionar en nuestra carrera académica, acreditaciones, justificación de financiación, exigencia de nuestra universidad, etc.), ha producido una gran descompensación entre el número de manuscritos que se envían a las revistas y los que estas publican. Esta razón explica las altas tasas de rechazo de algunas revistas lo que trae aparejado que muchos trabajos de calidad son desestimados o rechazados en primera instancia y lo que necesitan es buscar una nueva “casa” para poder ser publicados (algunas bases de datos como SCOPUS aumentan bastante, de manera anual, el número de revistas indexadas, pero otros como JCR ingresan pocas revistas nuevas anualmente, en algunos años en torno a cien). Si aumenta la necesidad de publicar, por lo que son cada vez más los manuscritos que se envían para evaluación, pero no aumenta el número de revistas de impacto en las bases indexadas, obviamente, aumentaran las tasas de rechazo con la consiguiente disminución de las tasas de aceptación. Este hecho trae consigo que los equipos editoriales se vean obligados a tomar la decisión de que muchos trabajos bien realizados, que en situaciones de menor “presión” de llegada de manuscritos serían publicados, en la situación actual, son desestimados o rechazados ya que solo pueden publicar los mejores entre los buenos pues su capacidad de publicación por año está limitada.

Un último consejo, solo contestar y pedir explicaciones a una desestimación o rechazo si está claro que se trata de un error o si alguno de los revisores, en el supuesto que nos envíen las fichas de revisión, no ha seguido la norma ética de respeto y uso adecuado del lenguaje en las valoraciones que haya realizado sobre nuestro manuscrito. Lo que ya nos han rechazado, casi con seguridad seguirá rechazado por mucho que protestemos, en nuestra opinión es preferible optimizar el tiempo y en lugar de discutir con los equipos editoriales, preparar el envío a una nueva revista (siempre previa cuidadosa selección, en el caso de que no se tenga preparada y adaptación a las normas para autores de esta). En paralelo a este consejo comentar, que si nos admiten el manuscrito con solicitud de cambios. si estos no suponen que se altere demasiado lo que habíamos enviado, cuesta menos tiempo realizar los cambios que empezar a discutir sobre si realizarlos o no (eso siempre que estemos dispuestos a cambiar algo para que nos publiquen, en caso contrario, probablemente será rechazado ya que la aprobación es condicional).

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