Terminar un artículo científico y enviarlo a una revista puede convertirse en un largo y gratificante viaje hacia la publicación. Sin embargo, la duración de ese trayecto puede resultar frustrante y hacer que la espera de la respuesta de los editores resulte tediosa y, en algunos casos, decepcionante. Es por esta razón por la que, como investigadores, es importante que conozcamos los procedimientos editoriales a los que se somete un manuscrito científico.

Generalmente, los investigadores necesitan publicar su trabajo con diligencia. Esta impaciencia, de la que los editores son sabios conocedores, muchas veces obvia el riguroso y pormenorizado sistema llevado a cabo desde la recepción del manuscrito. Como autores, es fundamental comprender que este procedimiento no es baladí, pues supone, en la mayoría de los casos, de una voluntariedad (tanto editorial como de revisión) esencial para garantizar la publicación de los trabajos. Los autores pueden facilitar este proceso siguiendo las instrucciones de la revista con precisión, coherencia y deferencia. Entonces, ¿Cuáles son las fases a las que se somete nuestro artículo?

Fases editoriales del manuscrito en una revista científica

  1. Recepción del manuscrito. En primera instancia, el equipo editorial recibe el trabajo a través de su plataforma, cuya responsabilidad es enteramente de los autores. Son estos los encargados de cumplir con rigurosidad la normativa de la revista, remitiendo los archivos según sus directrices.
  2. Pre-revisión del manuscrito. En segundo lugar, el equipo editorial pre-evalúa que el manuscrito cumple con todos los criterios formales, metodológicos y temáticos, delimitados tanto en su normativa como en sus publicaciones. Resulta esencial comprobar con antelación esta serie de cuestiones, pues la desestimación sin revisión por pares por no cumplir con los aspectos técnicos de la normativa es muy habitual. Por supuesto, esta pre-evaluación no implica la lectura completa, íntegra y en profundidad del manuscrito, pues esta tarea es competencia de los revisores (ver cuarta fase).
  3. Fase de estimación para revisión / desestimación sin revisión. Si el manuscrito cumple en términos técnicos, temáticos y metodológicos todas las cuestiones contempladas por la revista, el trabajo será remitido a su evaluación externa por pares ciegos (según normativa). En caso contrario, si no se cumple con alguno o ninguno de los factores delimitados, se podrá rechazar sin evaluación. También cabe que, si el incumplimiento de los aspectos formales es mínimo, los autores subsanen las cuestiones señaladas para su reenvío y pre-estimación. Los rechazos en esta fase son especialmente frecuentes debido al actual clima de sobrecarga de los revisores, velando por su dedicación voluntaria, remitiendo trabajos potencialmente publicables según criterios y concordancia de calidad científica.
  4. Revisión del manuscrito. Esta fase suele extenderse de acuerdo a la disponibilidad de los revisores asignados, así como a la supervisión constante por parte del consejo editorial para que se acometan, siguiendo el Código Ético, con los plazos y criterios establecidos por normativa. Para este caso, muchas revistas suelen publicar sus plazos de evaluación, siendo responsabilidad del autor de correspondencia su seguimiento y, en caso de retraso sin justificación, reclamo de actualización.
  5. Recepción de evaluaciones. Los diferentes consejos editoriales internacionales desarrollan esta fase de múltiples formas. Si bien, siempre son los revisores quienes dictaminan la decisión editorial, justificada de forma transparente, anónima y respetable por parte del consejo editorial. Es importante tomar en consideración estas evaluaciones, cuyo trasfondo conlleva el tiempo y dedicación de los expertos.
  6. Aceptación / rechazo del artículo. Por último, recibimos la tan esperada decisión. En este punto habremos de revisar con atención las recomendaciones de los revisores, atendiendo a las sugerencias viables y coherentes para su mejora. En caso de aceptación, es importante seguir los cambios solicitados con rigurosidad tanto por editores como revisores, de cara al proceso editorial pre-publicación (tanto si se solicitan cambios menores como mayores, con su correspondiente justificación y re-evaluación). En caso de rechazo, es deber de los autores revisar reflexivamente sobre las consideraciones de los evaluadores. Pese a las posibles discrepancias entre revisores, es importante revisar las cuestiones asumibles para el perfeccionamiento y consecuente reenvío a otra revista.

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