La sociedad actual, como consecuencia de la expansión tecnológica, se ha convertido en una sociedad eminentemente visual. Y dentro de esta comunicación visual destaca sobre lo verbal la utilización de imágenes de todo tipo.

No obstante, y aunque tablas y figuras nos clarifican y ayudan al entendimiento de nociones complejas, es el texto escrito el vertebrador de la información y en los artículos científicos sigue siendo este el código primordial de comunicación. Por lo que el texto, en ningún caso, debe quedar supeditado a los elementos visuales.

Asimismo, la profusión de tablas y figuras no va a ser garante de un buen trabajo, por el contrario, un exceso de estos elementos va a perjudicar al artículo, entre otras razones porque:

  • Fragmentan la lectura del artículo.
  • El abuso de estos elementos en lugar de aclarar cierta información puede llegar a oscurecer el texto dificultando su comprensión.
  • Si no se utilizan adecuadamente, puede haber redundancia, dado que muchas veces estos elementos visuales repiten la información que aparece en el texto.

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Por tanto, a la hora de elaborar nuestro manuscrito para presentar a una revista científica no solo debemos tener en cuenta las características y límites de imágenes que impone su normativa, sino también debemos guiarnos por la coherencia de estos elementos y su importancia para la comprensión de los datos. En este sentido, utilizaremos los elementos visuales siempre que:

  • Haya datos que requieran ser vistos por el lector en lugar de presentados como texto.
  • Los datos no puedan ser explicados fácilmente en el texto y necesiten ser presentados o comparados mediante una tabla.
  • Complementen al texto y no lo repitan.

Además, debemos tener en cuenta, como un aspecto relevante, la elección del medio, esto es, tablas o figuras, que va a depender de la información que se necesite presentar visualmente. Así:

  • Las tablas resultan una forma efectiva y concisa para presentar grandes cantidades de datos.
  • Las figuras -denominación bajo la que encontramos todos los demás elementos visuales que no son tablas: ilustraciones, infografías, fotografías, gráficos de líneas o de barras, diagramas de flujo, dibujos, mapas, etc.- en algunos casos (imágenes, fotografías, ilustraciones, infografías…), ayudan a los lectores a visualizar la información que se intenta transmitir cuando las palabras son insuficientes o imprecisas para un artículo científico; mientras que en otros, transmiten grandes cantidades de datos pudiendo mostrar una relación estadística o funcional entre los distintos elementos (gráficos); o sirven para explicar un proceso (diagramas de flujo).

De este modo, conseguiremos una transmisión de la información eficaz, aprovechando las ventajas de cada lenguaje y evitando contradicciones y redundancia.

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